
El hombre, de origen mexicano, opuso una fuerte resistencia a la detención porque, aunque entendía el idioma, aquello de "alto a la Guardia Civil" le sonaba a chino. "Ustedes no tienen jurisdicción aquí, cabrones", les soltó con el acento propio de su país. Pero Kike, ni caso. Entre golpes y patadas, logró atarle las manos a la espalda con unos grilletes de lazo de un solo uso. "Siempre los llevo conmigo", explica.
Qué sentido del deber, qué amor por el oficio, llevar siempre a mano unos grilletes por si hay que atrapar a algún facineroso... ¡Es como para sentirse orgulloso! Y para orgullosa, su madre, responsable no sólo de haber traído al mundo a los dos agentes vocacionales, sino de haberlos invitado a unas vacaciones en la Gran Manzana. Entretanto, la policía de Nueva York ha enviado una felicitación a los hermanos, que ya están de vuelta de sus inolvidables vacaciones, y que al lema de "Todo por la patria" sin duda alguna añaden, al más puro estilo de Suprunamán y otros superhéroes, el de "Todo por la justicia".
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