jueves, marzo 20, 2008

Un pollo para las dos


Apreciados lectores, tras un cierto letargo debido a la alergia primaveral, unida a los efectos nocivos de intentar pasar de ser una Mari Puri a convertirse en un Mamón Carcamal, me veo empujado a despertar ante una noticia que me ha traído bellos recuerdos. En una entrada anterior (Enero 2007), ya les había hablado de este lugar mágico llamado Can Chari, una pollería mítica situada en el barrio de La Mariola de Lleida, caracterizada por el ingente afluvio de gente que pasa por allí todos los domingos para comprar el tradicional "pollo a l'ast" (o 6, como he visto más de una vez, y es que las familias gitanas que viven por allí aún mantienen su tradicional sentido de familia, mucho más allá del núcleo familiar). Pues bien, esta vez se ha montado un buen pollo, por así decirlo, que ha causado todo un "conficto diplomático" entre la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra:

Can Chari se pone a reventar los domingos a mediodía. Una legión de ciudadanos con pocas ganas de cocinar se acerca a este establecimiento leridano para comprar sus pollos a l'ast y sus canelones. El pasado 9 de marzo, día de elecciones, hubo algo más que largas colas y comidas para llevar. Una inspección de trabajo realizada por tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) acabó como el rosario de la aurora cuando un agente de los Mossos d'Esquadra, que se encontraba fuera de servicio, acudió al local alertado por su madre [la dueña del local, que sin embargo creo recordar que no se llama Chari...] y acabó agrediendo a uno de los policías.

Por suerte, el tema no ha ido a más, porque la inspección concluyó en que todo estaba en regla. Y es que si hubieran llegado a cerrar el local, entonces sí que se hubiera montado un buen pollo. Los disturbios se habrían extendido por toda la ciudad, la anarquía se apoderaría de las calles... en fin, sería el fin de la civilización y del porvenir, como diría Krahe...